Viaje entre palmas y otras historias / La Gomera

La Gomera la podemos considerar como la isla de las pervivencias: en lo natural por su bosque cuaternario, y en lo cultural por las conservación de modos de vida y prácticas que han superado la erosión de los siglos. Desde su folclore de raíz, al lenguaje del silbo, que forma parte del patrimonio inmaterial más universal.

En esta combinación de patrimonio natural y cultural, el palmeral y su gestión tradicional se han convertido en un ejemplo de buen maridaje, y a través de este tronco y las ramificaciones del conocimiento popular, vamos a realizar un recorrido bajo la sombra del tiempo y las palmeras.

Los usos de este endemismo canario, permiten conocer una estrategia de carácter multidimensional, de un recurso que es marca insular.

Desde el aprovechamiento de las fibras vegetales en todo tipo de usos: alfombras de estera, seretas, sombrerería…, la extracción de la plama para usos forrajeros o la construcción de corchos, a partir de los troncos para la apicultura tradicional. Pero quizás el más sabroso de los aprovechamientos es la extracción de miel de palma, que se ha visto revitalizada en los últimos años por la calidad, excelencia y propiedades de este producto. Las técnicas del guarapeo, sus ciclos y contribución a la conservación sostenible del palmeral, nos asoman a un modo antiguo de entender nuestro patrimonio natural, desde la experiencia de los mayores, que han visto en este recurso un modo de vida entre la copa de este elegante árbol.

En la ruta, además de pasear entre lomas; barrancos y palmerales, podemos disfrutar de un rico patrimonio hidráulico, que llena de espejos de agua este recorrido de palabras de quienes mejor lo conocen y lo quieren.

La turbina, el molino de gofio

Este antiguo molino está ubicado en la parte alta del pueblo en el lugar conocido como El Lomo. En el interior de una pequeña construcción a modo de cuarto con techo de chapa a dos aguas, una puerta y una ventana, encontramos un mostrador con azulejos para atender a la clientela. Tras él, de lado a lado del espacio, se sitúa todo el mecanismo necesario para la molienda: la entrada de agua a presión, los engranajes, las correas de transmisión, las piedras molineras…

El empleo de esta técnica de turbina vino a superar la velocidad de molienda de los molinos de agua y de los de mano, siendo un paso intermedio hacia los de motor.

El palmar

Así de denomina en la isla de La Gomera a los distintos palmerales. En el caso que nos ocupa se trata del palmar que se encuentra en la parte baja de Alojera, conocido como Palmar del Jerío, Palmar de San Borondón o de Aldama.

Con más de un centenar de ejemplares de palmera canaria (Phoenix canariensis) este ecosistema singular crece al amparo del agua que discurre por los barranquillos colindantes. En él conviven tórtolas, cernícalos, canarios, alpispas, corujas, ratones, lagartos, escarabajos… y humanos. Éstos, desde los tiempos de los antiguos gomeros han sabido valorar las bondades de la palmera, de la que, como bien dicen, se aprovecha todo.