La figura del geógrafo en la interpretación del patrimonio

La figura del geógrafo se ha hecho cada vez más visible abriéndose camino por diferentes ramas en el mundo laboral, adaptándose y diversificando sus capacidades a la hora de tratar el territorio desde una nueva perspectiva, que engloba muchos más aspectos que los superficiales, gracias a su manera de interpretar dicho territorio. Un perfil técnico que se ha ido nutriendo por su flexibilidad de aprendizaje y capacidades adquiridas, que le convierten en un agente esencial en la gran mayoría de proyectos y mesas de trabajo, teniendo una preparación más competitiva en el mercado laboral. Lejos queda el estereotipo del geógrafo que solo tiene que aprender ríos y capitales que hemos vivido en multitud de conversaciones coloquiales, cuestión que poco a poco hemos podido dejar atrás y que se tenga más conciencia del valor que tenemos y lo que podemos aportar a la sociedad en la actualidad.

Cuando hablamos de patrimonio hacemos referencia a un conjunto de bienes naturales y culturales, tanto tangibles como intangibles, que forman parte de la herencia y la memoria colectiva de un grupo humano vinculado a un territorio, dándole fuerza a su sentido de comunidad, y a las características propias que lo definen dignas de ser conservadas y transmitidas. En la actualidad sabemos la relevancia y el valor que supone para el desarrollo socioeconómico y su potencialidad turística desde el concepto de sostenibilidad y diversificación. Por lo que es esencial su conservación y protección en vistas de futuro, ya que forma parte de la riqueza colectiva y la riqueza como región o país; algo constatado dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

Equipo técnico de Sabios Guías Intérpretes trabajando en Teror

La manera en la que tratamos el patrimonio no solo es por medio de su apreciación evidente, sino la interpretación del mismo y la divulgación, la cual usamos como herramienta para su conservación. Poco a poco el geógrafo ha hecho uso de su capacidad para analizar el territorio y sus componentes físicos y humanos, para confluir en una perspectiva más global que vaya más allá de una radiografía superficial, sino que relacione el territorio con el comportamiento y la historia del ser humano en ese entorno. Esto le ha permitido no solo integrarse en el patrimonio como un actor fundamental de su gestión, si no en otros campos como la economía, el medio ambiente, la planificación urbana o el turismo, ya que su propia formación baila entre los estudios de ciencias y humanidades.

Este ejercicio donde se revaloriza el patrimonio, requiere de métodos y técnicas de las que dispone el geógrafo para poner en un contexto determinado ciertos elementos, teniendo que conocer las implicaciones sobre el patrimonio para, a la hora de toma de decisiones, no haya una modificación del espacio que derive en pérdida de aspectos relevantes de los que se compone. Además, disponemos de herramientas esenciales para su digitalización cartográfica, diseño de rutas, su planificación o protección, o la propia tarea de estudiar el ámbito en su conjunto haciendo alusión a todos los aspectos reseñables y su interrelación.

Entrevistas a Sabios

Todos estos aspectos dentro del patrimonio y su valorización tienen una serie de beneficios a nivel económico y social como: equidad social, conservación ambiental, eficiencia económica, cohesión social, o diversificación económica. El mundo rural, por ser uno de los entornos más sensibles, es una de las prioridades dentro del desarrollo fomentado a través del patrimonio. Un espacio que ha sufrido un descenso demográfico significativo y que se ve amenazado por el paso del tiempo y de caer en el olvido todas las tradiciones, métodos de trabajo de cultivo o artesanales, e historias relacionadas a él que nos hacen haber crecido como sociedad con rasgos propios. Esto, por ejemplo, se ve muy claramente en nuestras islas, donde el mundo rural se ve muy afectado por el vacío demográfico, algo contra lo que se está luchando con iniciativas que potencien la revalorización patrimonial y el impulso a la economía local, siendo esencial la visión del geógrafo para no desligar el patrimonio de su territorio y de las sinergias que genera dentro del ámbito. El crecimiento del turismo rural es sinónimo de cómo se pretende diversificar la economía y regenerar el tejido socioeconómico local, teniendo la ventaja de todos los elementos de gran riqueza con los que cuenta Canarias.

Desde la Fundación Lidia García tratamos de darle una nueva manera de interpretar el territorio desde un acercamiento directo con quienes lo conocen de primera mano. El hecho de elaborar una ruta patrimonial no solo implica el diseño a través de puntos concretos del territorio con relevancia cultural o natural, sino también la interacción con la población local, aunar sus historias y experiencias; y, en definitiva, relacionar esos bienes intangibles con la riqueza patrimonial preexistente, de forma que permita crear una ruta acompañada de experiencias que revivan el alma de las generaciones más mayores, siendo un proyecto intergeneracional.

 

 

Sergio García Medina

Alumno en prácticas del Grado de Geografía y Ordenación del Territorio

Facultad de Geografía e Historia

Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.