EL PAPEL DE LA MUJER EN LA APARCERÍA

El tomate ha sido uno de los grandes productos de exportación en Canarias y, en este contexto y sector, la participación de la isla de Gran Canaria ha sido muy elevada. Es indudable que el desarrollo de la producción del tomate en la zona sur y sureste de la isla no habría sido posible sin la participación de una mano de obra laboriosa y mal pagada, con unas condiciones de vida indignas desde el punto de vista humano y cuyo papel socioeconómico por lo general ha sido poco reconocido.
Ligado a todo lo anterior, tenemos que hacer referencia a la geografía humana desde una perspectiva de género, ya que los estudios de geografía de género tuvieron un objetivo principal y era visibilizar el papel tan importante que tenía la mujer. Estos estudios contribuyen a la compresión de la vida diaria de las mujeres, así como las actividades que realizaban. Es cierto, que los estudios de género en las Ciencias Sociales, no solo se centran en las mujeres, al contrario, dichos estudios se encargar de realizar una comparativa entre hombres y mujeres, ya que lo que buscaban era algo equitativo e igualitario.
Las mujeres durante los años 40 no podían dar opiniones ni tomar decisiones. Es cierto que la vida no era fácil para nadie a partir de 1940, pero mucho menos si eras mujer, ya que, durante esa época, ser libre era algo que parecía inalcanzable porque para la sociedad las mujeres solo eran amas de casa, madres y esposas. Ellas no tenían derechos a tener sueños, ni ambiciones y para elaborar un futuro muchas de ellas tuvieron que emigrar lejos, mientas que otras tenían que respetar unas normas machistas y retrógradas.
Todo eso fue así, hasta los años 60 aproximadamente, ya que, a partir de esos años, el papel de la mujer fue cambiando gracias a la perspectiva de género. Durante esos años, la mujer fue consiguiendo una serie de logros, y sobre todo una sociedad más justa y equitativa.
Según las fuentes estadísticas y oficiales, en el archipiélago canario, las mujeres conforman el grupo minoritario entres quienes trabajan en el sector agrícola, aunque ellas asumen la mayoría de la temporalidad y precariedad. De hecho, las mujeres nunca fueron reconocidas como propias trabajadoras en este sector, debido a que estaban en su mayoría ocultas, ajenas a los datos oficiales, pero es cierto que ellas trabajaron en el sector como si de hombres se tratasen. Las labores relacionadas con la producción del tomate estaban diferenciadas en función de sexo, ya que las mujeres estaban mayormente en los almacenes de empaquetados, mientras que los hombres estaban vinculados principalmente a la activad del arado, la plantación y otros aspectos relacionados con el sector tomatero. Además, en la mayoría de los casos, había que sumar a las mujeres la sobrecarga de las tareas del cuidado de la familia, de los hijos e hijas y del cuidado del hogar.
Por todo eso, hoy toca reconocer el trabajo que hacían esas mujeres de la Islas Canarias, así como visibilizar sus tareas, y agradecer a todas ellas, la lección de vida que nos han dado, ya que las historias mejor contadas, están en esos lugares donde pocos se han atrevido a mirar.
El trabajo realizado por la mujer en el ámbito rural se ha contemplado como complementario al del hombre, es decir, se ha visto el papel de la mujer como un apoyo, pero en muy pocos casos se ha considerado como una actividad propia. Pero lo cierto es que la mujer desempeña un papel fundamental en el mundo rural, ya sea en los países desarrollados como en los países en desarrollo. La mayoría de las mujeres que participaron en el cultivo del tomate, tanto en la zafra como en los almacenes de empaquetados, procedían de entornos rurales y por lo general, eran mano de obra joven y barata sin contrato ni seguridad social, y trabajaron en unas condiciones precarias y, la gran mayoría, sufrieron por su condición de mujer.
En el sector tomatero canario, ha sido más que evidente que la participación femenina tuvo un papel significativo. Muchas mujeres tuvieron que cambiar la escuela por los almacenes y los juguetes por los tomates para dedicar su vida al empaquetado, debido a las miserias que pasaban sus familias y, muchas de ellas, lucharon por alcanzar los mismos derechos laborales que los hombres junto a los que trabajaban en este sector. Por otro lado, en el sureste de la isla de Gran Canaria el número de trabajadoras que se dedicaron al sector del tomate según VIERA (2018: 218) superaban las 2000 trabajadoras.
Si bien es cierto que la aparcería estaba dominada por el sector masculino, sin embargo, la mujer que trabajaba en el cultivo del tomate se definía así misma como aparcera y el reconocimiento hacia ella le llegó por su colaboración con el aparcero, que normalmente era su marido. Si se trataba de una mujer viuda, podía participar como aparcera y contratar terrenos en colaboración con algún hijo mayor.
“A la aparcera se la reconocía como aquella mujer que apenas se le veía la cara, tapada con una pamela o un sombrero de paja para resguardarse de la dureza del clima, procurando que el sol no le quemase la piel y la resguardara del viento, con la falda muy larga y equipada de una faltriquera1 para recoger el tomate”. (REBOLLO, 2012: 461)

Título: Aparceras trabajando en la zafra

Fuente: Museo de la Zafra

La labor de las mujeres empezaba desde muy temprano. Desde antes del amanecer se levantaban para preparar la comida del día, traer agua desde el pozo más cercano, recoger la leña, preparar a los hijos que, en algunos casos, irían a la escuela y luego ir a trabajar a los tomateros como un aparcero más.
Muchas mujeres aparceras, por razones económicas, se vieron obligadas a trabajar en las tierras o surcos durante la mañana y en el almacén durante la jornada de tarde y noche. Según Saro Bolaños, “las mujeres llegaron a reconocer que preferían trabajar en el almacén porque les pagaban más, pero en numerosas ocasiones los capataces y encargados las mandaban a la tierra cuando escaseaban de personal”. (BOLAÑOS, 2003: 65)

TRABAJO REALIZADO POR LAS MUJERES APARCERA

  • Despedregar el terreno y hacer el soco (2).
  • Clavar la madera y levantar la latada (3) o encañizada.
  • Virar las tornas (4), pues el riego era a manta (5)
  • Plantar las matas de tomateros en líneas separadas de 90 centímetros a un metro de distancia y dejando entre planta y planta unos 35 a 40 centímetros, con lo cual se necesitaban alrededor de 6.000 plantas por fanegadas de 5.500m2
  • Deshijar una poda consistente en suprimir ciertos brotes de la planta madre para evitar la dispersión del esfuerzo y hacer que las tomateras se concentren en dar frutos.
  • Despuntar: operación que se hace cuando la mata alcanza la última caña, con lo cual, se procede al despunte de la planta.
  • Amarrar la mata con tiras de tallo de las plataneras. Posteriormente se comienza a utilizar la rafia como cinta de atar.
  • Deshojar para airear la mata y ver mejor los tomates.
  • Coger los tomates y llevarlos en las faltriqueras para finalmente depositarlos en las cajas o ceretos.
  • Poner las cajas en la linde.

Todas las tareas señaladas se realizaban al margen de considerar que las mujeres pudieran estar embarazadas o tuvieran cualquier tipo de molestias, y lo habitual en estas labores era estar en posición de pie o encorvadas durante muchas horas seguidas. Incluso, a los 40 días después del parto, las mujeres estaban de vuelta es su trabajo como aparceras, pudiendo llevar a los hijos consigo. Normalmente los hijos e hijas de los aparceros crecían y se criaban en los surcos de la tierra y, por supuesto, comenzaban a trabajar en el sector del tomate desde temprana edad. Así que, por lo general, a la escuela se iba cuando se podía y generalmente eso sucedía en muy pocas ocasiones.
Hasta la década de los 60 los niños y niñas sufrieron las penurias de esa época y tuvieron que madrugar como el resto del personal de trabajo para acudir a la retirada de piedras de la parcela por un mísero jornal. En general, los hijos de la mayoría de las mujeres vivieron la época del analfabetismo más denigrante y esa situación fue, en gran medida, por causa de los empresarios, ya que admitían la mano de obra barata de esos niños para realizar algunos trabajos. Es cierto que los padres nunca llegaron hacer nada, debido a que sus hijos generaban un pequeño ingreso que ayudaba en la economía familiar.
Terminada la jornada en las tareas del cultivo, las mujeres se dirigían al almacén donde realizaban otra de las actividades asignadas a ellas: empaquetar tomates. Ellas se encargaban de realizar las siguientes labores:

  • Hacer las cestas o ceretos.
  • Embalar y ensamblar cajas de madera y cartón (6)
  • Limpiar, clasificar, apartar, etiquetar y empaquetar los tomates.

 

Título: Ceretos donde se depositaban los tomates

Fuente: Museo de la Zafra

En síntesis, me gustaría finalizar agradeciendo a todas esas mujeres, la lucha y los logros conseguidos para alcanzar una sociedad más justa y equitativa, aunque todavía quede mucho por conseguir. Por último, me gustaría hacer un llamamiento sobre todo a la población más joven para que conozcan sus orígenes y raíces, para que sigan apoyando la historia local de muchos pueblos de Canarias.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. – Óscar Wilde.

 

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

BOLAÑOS DOMÍNGUEZ, Saro (2003): Mujer y Aparcería: Apuntes para un estudio de género de las mujeres rurales en Gran Canaria. Santa Lucía de Tirajana: Ayuntamiento, Concejalía de la Mujer, D.L
REBOYO LÓPEZ, M (2012): El tomate en Gran Canaria: cultivo, empresa, aparcería y exportación (1930-1970): singularidad en la producción y exportación del tomate canario, (tesis doctoral). Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Consultado el [09/04/2020]. https://accedacris.ulpgc.es/handle/10553/9809
VIERA GONZÁLEZ, Domingo (2018): Mujeres empaquetadoras de tomate una historia llena de vida, de lucha y de esperanza. Rivas-Vaciamadrid: Mercurio.

 

Ammisadday Rodríguez Pérez

Alumno en prácticas del Grado de Geografía y Ordenación del Territorio

Facultad de Geografía e Historia

Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.