Veneguera

Una Travesía Ancestral que Hermana Poblaciones

Este itinerario se desarrolla en el término municipal de Mogán, ubicado en el suroeste de Gran Canaria.
Desde hace siglos, este camino fue la vía principal que conectaba las Casas de Veneguera con la población de Mogán. Por tanto, se trata de un trayecto histórico que ha perdurado hasta nuestros días pues ha sido, y es, un recorrido habitual que realizan tanto los vecinos de ambas localidades como los foráneos que practican senderismo.
Transitar por este camino nos brinda la oportunidad de disfrutar de un entorno espectacular rico en elementos de nuestro patrimonio cultural y natural, que se nos presentan en primera persona gracias a las intervenciones de los Sabios Guías Intérpretes que participan en el proyecto.

Sabios Guías Intérpretes

Antonio Suárez

Eusebio Hernández

Antonia Afonso González

Herminia Suárez Araña

Paco Rodríguez

Elementos Patrimoniales

Casas de Veneguera

Conjunto de vivienda, alpendre, pajar y horno. Se dice que fueron las primeras que se construyeron en esta zona, aunque se desconoce su origen exacto

Cueva del Aire

Utilizaba para guardar el único ataúd que existía en Veneguera y que utilizaban los fallecidos que contaban con escasos recursos. El difunto se enterraba directamente en la tierra y, después, el ataúd se volvía a guardar en la cueva hasta que fuera necesario.

Era de La Casa Blanca

Tras hablar con el propietario actual de la vivienda (febrero de 2021), nos comenta que se mantiene en su estado original, afirmando que nunca se han cambiado las piedras que la forman. Al parecer, esta vivienda fue una de las primeras que se edificaron en esta zona de Mogán.

Mirada al Pasado

Antiguo cementerio. Ubicado en la parte alta del actual parque Nicolás Quesada.
Fuente: FEDAC. Ref.: 00013189_0001-1

Recolección de látex de tabaiba dulce (Euphorbia balsamífera).
Fuente: Memoria Digital Canaria de la ULPGC. Colección Jaime O’Shanahan

Celebración del día de la matanza.
Fuente: Habitantes de un Lugar Llamado Mogán. Cedida por D. Paco Rodríguez.

Procesión de San Antonio de Padua. Mogán.
Cedida por D. Paco Rodríguez.

Cultivos a pie de costa en la playa de Veneguera. Cedida por: Eusebio Hernández.
Fotografía de la lámina editada por el Iltre. Ayuntamiento de Mogán

Trabajadores en finca de plataneras.
Memoria Digital Canaria (ULPGC). Jaime O’shanahan.

Sabiduría Popular

Baile de San Pascual. Festividad nocturna en la que las mujeres sacaban a bailar a los hombres desde las 22:00 a las 00:00 horas. A partir de esa hora, los hombres sacaban a bailar a las mujeres de doce de la noche a las dos de la madrugada.

Cueva del Aire. Topónimo del lugar en el que se guardaba el féretro comunal de Veneguera. Se ubica en la base del Lomo de Las Tosquitas, pasado el barrio de Los Almácigos, próximo al camino que une Veneguera con Mogán.

Farda. Palo de entre dos o tres metros de largo, de corte cuadrado, usado en las fincas para elaborar estructuras relacionadas con la agricultura.

Güinche. Cesta metálica usada en los pozos para bajar y subir personas.

Gúinchista. Maquinista encargado de operar con el güinche. Era necesario obtener el carné para poder desempeñar esta función.

Malamañáo. Persona conflictiva.

Piedra Majapipa.  Topónimo de un lugar concreto del barranco de Veneguera por el que transcurre el camino hacia Tasarte, en el que se encuentra una gran roca donde dicen que se oían ruidos de alguien rompiendo pipas (semillas comestibles), pero que al llegar al lugar nunca había nadie ni restos de las pipas. Este sitio infundada temor a los habitantes de la zona, especialmente cuando transitaban este camino de noche.

Ordeñar la tabaiba. Recolectar el látex de la planta por medio de unos cortes superficiales hechos en sus tallos.
Poner asunto a lo que se dice. Prestar atención.

Rebumbio. Jaleo fiestero.

Se fue la maleta al agua. Expresión escuchada solo en Veneguera. En concreto, dicha por mayores que trabajaron en los cultivos de tomates y plátanos que embarcaban en el puerto de cabotaje de Veneguera. Hace mención a la época de gran prosperidad laboral y económica vivida en esta localidad que le valió la denominación de “la Venezuela chica” (década de los 40 y 50). En aquellos tiempos se pagaban los salarios en efectivo. El encargado de pagar a los trabajadores solía venir en barco, del que desembarcaba y montaba en barca para dirigirse a la costa. Una vez, debido al mal estado de la mar, se cayó la maleta del dinero al agua y los trabajadores se quedaron sin su nómina. Aunque, al parecer, solo ocurrió una vez, la frase quedó como expresión irónica para hacer referencia a “no querer pagar” o “quedarse sin dinero”. Esta expresión fue recordada el 13 de noviembre de 2020 por D. Antonio Suárez Araña y D. Eusebio Hernández Segura, quienes vivieron ese momento. Ambos alegaron finalmente que todos aquellos trabajadores, incluidos ellos, recibieron su salario con posterioridad.

Te voy a hacer un número. Te voy a contar una historia.

Todavía es luego. Aún es pronto.

Veril. Risco.